TROODONTIDAE

Blog sobre paleontología de dinosaurios: ofrece noticias de actualidad, divulgación y exposición de algunos temas e ideas; entre otros.

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9/9/11

Cuatro años de Troodontidae y especial: Dinosaurios únicos de Las Hoyas

El 10 de septiembre de 2007 tuvo inicio el blog de Troodontidae, justo hace cuatro años, por ello, hoy dedicaré como en cada aniversario un pequeño espacio de balance, esta vez junto a una entrada especial.
En cuatro años Troodontidae ha reunido 79 entradas (80 con esta), 22 seguidores y desde el 16 de julio de 2009, 38666 visitas, (implicando un promedio de 49 visitas diarias).
La productividad de este año no ha estado mal, pero podría haber sido mejor, así que, veamos si para el aniversario 5 puedo sentirme más satisfecho; en cualquier caso doy muchas gracias a todos los visitantes y lectores de este blog que además lo alimentan con comentarios regularmente.


Con motivo del cuarto aniversario de Troodontidae quiero aprovechar para dedicar una entrada a los dinosaurios únicos del fascinante yacimiento español de Las Hoyas, algo que llevo queriendo hacer desde hace un tiempo para tratar en su contexto a Concavenator corcovatus, el dinosaurio de este yacimiento descrito en septiembre del año pasado.

Las Hoyas destaca por fósiles con un estado de preservación excepcional, entre los que destacan fósiles de aves de pequeño tamaño, que en otro entorno fosildiagéntico no podrían haberse preservado; en concreto en las Hoyas han sido descritos 3 géneros de aves enantiornites: Iberomesornis romerali, Eoalulavis hoyasi y Concornis lacustris. Iberomesornis romerali descrito por Sanz y Bonaparte en 1992, se trata de un ave primitiva que en su día destacó por estar evolutivamente más avanzado que Archaeopteryx que por aquel entonces era el ave más primitivo conocido (desde julio de 2011 Archaeopteryx ya no está clasificado como un ave). La innovación que aportaba Iberomesornis frente a Archaeopteryx era la reducción de las vértebras caudales hasta formar una estructura denominada pigóstilo, como ocurre en las aves modernas. Eoalulavis hoyasi por su parte supuso una innovación en la estructura de las plumas del ala; en concreto por la presencia de un álula (pequeño grupo de plumas situado a la altura de la mano en forma de saliente que otorga al ala del ave propiedades aerodinámicas de sustento). Concornis lacustris descrito por Sanz y Buscalioni en 1992, es un curioso ave que presenta largas patas probablemente corredoras a la vez que capacidad de vuelo; lo cual sugiere que probablemente era un ave capaz de ocupar un nicho ecológico generalista explotando varios recursos en el entorno lacustre que componía Las Hoyas.
Cabe destacar que a pesar del portentoso estado de conservación de los fósiles de aves de Las Hoyas, ninguno de los fósiles de las 3 especies citadas anteriormente conserva el esqueleto craneal.
También existe una egagrópila (bola de restos alimenticios no digeridos regurgitada) fósil en las hoyas que muestra los restos de al menos 3 especies de aves cuya descripción aún está pendiente. La egagrópila podría haber sido producida por un dinosaurio deinonicosaurio (al descartar otros depredadores y tener en cuenta la proximidad a las rapaces modernas que también producen egagrópilas).











































(Arriba: reconstrucciones realizadas por mi de respectivamente: Iberomesornis romerali, Eoalulavis hoyasi y Concornis lacustris. El cráneo es inventado basado en el de Confuciusornis modificado artísticamente para que coincida con el esqueleto postcraneal)

Además de estos dinosaurios avianos, las Hoyas cuenta con dos muy interesantes especies de terópodos no avianos que ocupan posiciones filogéneticas de gran importancia para el estudio de la evolución temprana de sus respectivos clados.
El primero en ser descrito fue Pelecanimimus polyodon, en 1994, y se trata del único ornitomimosaurio de Europa, y junto con Shenzousaurus, Kinnareemimus y Beishanlong forma parte de los taxones más basales de este clado. Presenta además un caracter muy primitivo en este grupo, como puede ser la presencia de dentición, ausente en el resto de miembros que presumiblemente la perdieron, (salvo en el caso de Harpimimus que conserva unos pocos en la parte distal de la mandíbula inferior)
Pelecanimimus se ha hecho muy popular en los medios gracias a que se conoce información excepcionalmente precisa de su aspecto gracias a la increíble preservación de sus restos; en concreto hay evidencias de estructuras de partes blandas en la cabeza de este animal en forma de una pequeña cresta proyectada hacia atrás desde la parte trasera de la cabeza y de una bolsa en la garganta, que aunque mucho más reducida, recuerda a la de un pelícano; de donde proviene la etimología de su nombre genérico.
El otro dinosaurio es Concavenator corcovatus descrito por Sanz, Ortega y Escaso en septiembre del pasado año 2010. Se trata de un dinosaurio con una posición filogénetica interesante y con unos caracteres insólitos que parecen haber facilitado la rápida divulgación de su descubrimiento tras su publicación. Concavenator ocupa la segunda posición más basal (justo delante de Eocarcharias) dentro del clado Carcharodontosauridae. Al igual que sucede en los otros fósiles de las Hoyas el estado de preservación de Concavenator es excepcional; el espécimen al que cariñosamnete han apodado "Pepito" conserva impresiones de piel en las que son identificables algunas escamas. Sin embargo es en su esqueleto donde aparecen apomorfias más interesantes, a destacar el reducido tamaño de los dígitos de sus pies y la exclusiva y novedosa presencia de un grupo muy selecto de espinas neurales hipertrofiadas, a la altura de la pelvis. Existen numerosos ejemplos y no sólo en terópodos de dinosaurios con espinas neurales hipertrofiadas (Spinosaurus, Amargasaurus, Ouranosaurus); incluso próximo a Concavenator encontramos este rasgo presente también en Acrocanthosaurus; pero como ha sido mencionado antes, en Concavenator sólo están hipertrofiadas en un pequeño espacio de la columna. Esto ha dado lugar a muchas interpretaciones anatómicas de como debió ser esta estructura en vida, siendo la más extendida una "joroba" más o menos plana de funcionalidad muy polémica (desde reserva alimentaria o elemento de reconocimiento social hasta una estructura aerodinámica útil en la locomoción). En cualquier caso la presencia de esta apomorfía ha generado el apodo de "El jorobado de Cuenca" para Concavenator corcovatus.
Existe otro rasgo notable en Concavenator observado por vez primera en un terópodo tan primitivo; y es que en el hueso de la ulna presenta unas estructuras que por comparación anatómica, lo más semejante a ellas son las que aparecen en los puntos de inserción de las plumas de la ulna de los terópodos actuales (aves). Por ello, es probable que Concavenator corcovatus presentase protoplumas en el brazo, seguramente con una finalidad ornamental, pero en cualquier caso parece implicar que el origen de estructuras tegumentarias en los dinosaurios terópodos es relativamente temprano (Carcharodontosauridae es un clado relativamente primitivo en el linaje Tetanurae de Theropoda).

Como final aporto esta reconstrucción de un paisaje de Las Hoyas en la que aparecen a la izquierda un par de Pelecanimimus polyodon y a la derecha en primer plano un Concavenator corcovatus. Personalmente considero muy apropiado mostrar esta reconstrucción, realizada por el genial paleoartista español Raúl Martín.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Felicidades por el cumple de tu blog!. Sigue así, campeón! (Soy Ricardo, tu compi y amigo de la uni).

Dinorider d'Andoandor dijo...

me gustan las reconstrucciones!

¡bien por el aniversario del blog!

a actualizar la cabecera del blog, eso sí, que ya son 4

William Buckland dijo...

Cabecera actualizada y muchas gracias a todos.

Saludos.